Es una de las obras maestras de Vittorio Jano en Alfa Romeo y uno de los vehículos más prestigiosos y avanzados de los años treinta.
Su punto de fuerza es el poderoso 8 cilindros en línea de 2,3 litros, cuya originalidad técnica marca de manera inconfundible también la estética de las 8C 2300.
Imbatible en la carrera, también es la reina de la frivolidad, pensada para estetas y amantes del lujo, que podían pagar su elevadísimo precio.
“Vestido” por la Carrozzeria Touring, este bastidor corto es adquirido por Alfa Romeo mediante una permuta con una Lancia Aprilia y donado al Museo.
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